miércoles, 18 de julio de 2007

la decadencia de la AMISTAD

Ojo.. esto es del SEÑOR Alejandro Dolina... RECOMENDADO. Es parte de Crónicas del Angel Gris si no me equivoco. Disfruten. Feliz día, amigos.


La decadencia de la amistad

Manuel Mandeb pasaba largas horas en la esquina de Artigas y Moron fumando con Jorge Allen, el poeta. Muchas veces ni se hablaban. Se contentaban con saber que el otro estaba alli.
Muchos pensadores han creido notar que, en estos tiempos, la amistad es mas un tema de conversacion que una actividad concreta.
Por cierto, es relativamente facil encontrar personas dispuestas a componer canciones sobre los amigos. En cambio es bastante dificil conseguir que esas mismas personas le presten a uno dinero.
Segun parece, el sentimiento amistoso se halla en decadencia. Todos los dias uno tropieza con canallas que lejos de preocuparse por la escasez de amigos, se jactan de ella.
-Yo, amigos, lo que se dice amigos, tengo muy pocos, o ninguno- nos gritan en la cara . Y no advierte que el sujeto esta esperando que lo feliciten por semejante hazaña.
En los años dorados de Flores, cuando alcanzaban su apogeo la comprension, la poesia y el juego del codillo, tambien existian enemigos de la amistad que preocupaban a los Hombres Sensibles.
Manuel Mandeb, el metafisico de la calle Artigas, coleccionó algunas de sus obtusas opiniones en un opusculo titulado maliciosamente:
Los amigos.
Como ya es costumbre, transcribimos algunos parrafos.
- La amistad debe nacer en la juventud o en la infancia. Nuestros amigos son aquellos que aprenden junto a nosotros o, mejor todavia, los que viven aventuras a nuestro lado. Y por lo general, la gente aprende y vive aventuras en la juventud.
Despues casi todo el mundo consigue algun empleo en casas de comercio y ya resulta imposible adquirir conocimientos nuevos o pelearse con una patota.
-A los once o doce años, uno empieza a hartarse de la familia y encuentraque los muchachos de la esquina son mucho mas divertidos que el tio Jorge. Durante mas o menos una decada nadie estara mas cerca de nuestro corazon que esos muchachos. Y si uno quiere aprovisionarse de amigos, debe hacerlo en ese periodo. Despues sera demasiado tarde...
Segun se aprecia, el criterio de Manuel Mandeb es interesante y tal vez verdadero.
Sucede que en cierto momento de la vida uno descubre que esta rodeado de extraños: compañeros de trabajo, clientes, acreedores, vecinos y cuñados.
Los amigos de verdad estan lejos, probablemente encerrados en circulos parecidos.
Algunos empecinados insisten en cultivar amistades nuevas. Los matrimonios maduros se visitan mutuamente y desarrollan palidas parodias de la amistad verdadera: se cuentan una y otra vez episodios antiguos, vividos con los amigos viejos, que ya no estan. Cuando uno es joven no cuenta historias a sus amigos: las vive con ellos.
A pesar de estas sabias reflexiones de Mandeb, existió en Flores una agencia destinada a ofrecer amistad a los solitarios.
Fue la celebre Proveeduria de Amigos de Ocasión. Sus fines de lucro eran innegables. Todavia hoy se recuerda su slogan publicitario: -Tenga un amigo desinteresado. Páguelo en cuotas.
Con solo acercarse al mostrador, el cliente ya notaba un clima amistoso y amplio. Los empleados sabían como atacar.
-Buenas tarde. No sabés lo que me hizo esta mañana la bruja de mi mujer.
Y a los treinta segundos uno se sentía entre amigos. Después, entre palmadas, guiños, pellizcones y confidencias, los comerciantes iban mostrando el amplio catálogo de la proveeduría.
Tenian amigos silenciosos, dispuestos a escuchar cincuenta veces la historia de una operación. Amigos complacientes, siempre amables y elogiosos.
Amigos efusivos que saludaban con abrazos y se despedían a los gritos.
Amigos divertidos, ruditos en cuentos picantes y expertos en bromas pesadas.
Tambien se prestaba un servicio un tanto oneroso, especialmente para personas encumbradas.
Consistía en el alquiler de una cohorte de adulones que acompañaban al cliente a todas partes, se reian de sus chistes, aplaudian sus ocurrencias y suscribian con entusiasmo cualquiera de sus pensamientos.
Precediendo a esta comparsa, solia marchar un corneta, que abria la puerta de los bares y asomando la cabeza gritaba:
-Ahi viene el doctor Del Prete...!
El trabajo se hacia tan bien, que muchos de los contratantes ya no podian prescindir de él, nunca más. Muchos profesionales del barrio extinguieron su fortuna pagando este servicio de la agencia.
Un asunto que molestaba a los clientes era el rigor de los Amigos de Ocasión en sus horarios. Cuando vencía el plazo estipulado, se terminaba la amistad.
Sin saludar, los contratados daban media vuelta y se iban, muchas veces interrumpiendo una carcajada o librandose bruscamente de un abrazo fraternal.
Sin embargo, hay que admitir que algunos aspectos del funcionamiento de la prooveduria eran bastante nobles.
Por ejemplo, la Seccion Niños permitia que los padres eligieran a los amigos de sus hijos, sin correr riesgo alguno.
Para ello se contaba con un numeroso plantel de chicos e incluso enanos, adiestrados en diferentes actitudes.
Segun el gusto paterno, podian encontrarse pibes atorrantes para avivar a los pequeños pelandrunes, niños estudiosos para estimular a los adoquines, y criaturas educadas y juiciosas para serenar a los más piratas.
Desde luego, no pudo evitarse que muchos chicos se resistieran a la decisión de los padres. Asi se oían con toda frecuencia en Flores frases como esta:
- Camine a jugar con los amiguitos que le alquilo su padre, caramba...!
Asimismo existía un departamento para Damas, con un amplio surtido de chimentos. Algunos malintencionados decian que las mujeres no contrataban amigas, sino enemigas, pero ese es otro asunto.
El fracaso más estruendoso fue el de la sección Amistades Mixtas. Nada cuesta razonar que los caballeros que solicitaban amigas escondian casi siempre otras intenciones.
No se espante el lector pensando que nos internaremos en un tema tan manoseado como el de la amistad entre la mujer y el hombre. Vale la pena -eso sí- recordar lo que dijo Manuel Mandeb a una amiga suya, tal vez alquilada en la proveeduria.
-Vea. Yo puedo ser su amigo si usted quiere. No trataré de seducirla ni me pondré romántico ni le haré propuestas indecorosas. Pero sepa que yo necesito que exista un amor potencial. Me resulta indispensable que exista una posibilidad en un millón de que algo surja entre nosotros.
Le aclaro que es probable que si se da esa circunstancia yo salga corriendo. Pero es únicamente en virtud de esa remotísima chance que yo estoy aquí oyendo su conversación como un imbécil.
Los Hombres Sensibles nunca fueron buenos clientes de la agencia Amigos de Ocasión.
Quizá porque sus presupuestos eran muy humildes. O a lo mejor porque les gustaba que los quisieran gratis. En cualquier caso, los muchachos del Angel Gris tenian un criollo pudor en estas cuestiones.
Para ellos andar declarando públicamente el grado de amistad que sentian por alguien era cosa de afeminados.
Manuel Mandeb pasaba largas horas en la esquina de Artigas y Moron fumando con Jorge Allen, el poeta. Muchas veces ni se hablaban. Se contentaban con saber que el otro estaba alli.
Ya en su última etapa, la preveeduría empezó a ofrecer viejos amigos.
En un principio la idea consistia en rastrear -a pedido del cliente- el paradero de personas ausentes y lejanas. Pero como advirtieron que la tarea era demasiado complicada, resolvieron que era mas facil inventar antiguas amistades que rescatarlas del pasado.
Se preparó entonces un magnifico grupo de viejos mentirosos que ante la entrada de algun candidato de cierta edad, fingían reconocerlo y le soltaban cuatro o cinco recuerdos para ir tomando confianza.
Esta sección trabajaba mucho en las cenas anuales que suelen realizar los ex-alumnos de los colegios. Su misión consistia en ir reemplazando a los fallecidos y mantener siempre firme la concurrencia.
Asi, en cierta reunión de egresados del Colegio Nacional Nicolas Avellaneda, promoción 1921, se dió el curioso caso de que ninguno de los asistentes habia pisado jamas ese establecimiento, lo que no les impidió evocar a profesores, reirse de pasadas, travesuras y brindar por encuentros futuros.
Con el tiempo, la actividad de la agencia fue amenguando. Contribuyó a este hecho cierta mala prensa que siempre tiene la amistad entre los espíritus escepticos.
En Flores, y en todos los barrios, se contaban leyendas sobre las traiciones de los amigos y sobre las ventajas de la soledad.
Todavía en nuestro tiempo hay personas que se complacen en declarar que los perros son mas leales y sinceros que los humanos. Cabe sobre esto una pequeña reflexion.
Tal vez sea cierto que los perros no traicionan. Pero esto no es en realidad una virtud del animal. Ocurre simplemente, que la modica organizacion mental del perro le impide realizar procesos tan complicados como una estafa. Es decir: los perros no pueden traicionarnos, por la misma razón que no se les permite escribir novelas.
Hoy cuando ya no existe la Agencia Amigos de Ocasión, vale la pena preguntarse si no sera necesario inventar algo para reemplazarla.
Sera difícil, desde luego. Nadie podrá rescatar a los amigos perdidos. Poco podra hacerse para librarnos de los desconocidos que llenan nuestro tiempo.
En todo caso, cada uno de nosotros deberá cuidar lo poco que tenga. Sin componer canciones ni escribir poemas. Se trata únicamente de sentarse un rato en la vereda o de matear en silencio con los que estan más cerca de nuestro espiritu.
Si uno no tiene ya a los de antes, cabe decir que tal vez existen en el mundo amigos viejos a los que todavía no conocemos.
Yo mismo, las otras noches resolvi salir de mi encierro y lleno de ilusiones me encamine a cierta esquina que conozco. Tenía ganas de fumar en silencio junto a tres o cuatro sujetos que se estacionan en ese lugar.
Pensaba además cosechar algun guiño amistoso despues de estos años en que estuve tan ocupado.
Pero algo raro debe haber sucedido, porque no habia nadie.

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