lunes, 9 de julio de 2007

actitud NIEVE

Si, llegamos al polo.

Es una locura. Uno está de lo más tranquilo, mirando Star Trek en familia (?) un 9 de Julio... y suceden estas cosas.

"Nieva en Buenos Aires"

"La ciudad se puso blanca"

Ok, ya. Ya entendimos que cae nieve.

El tema es que cientificamente ES nieve... pero no lo parece. Es más aguanieve que otra cosa. Al menos donde vivimos los porteños. Si uno quiere aventurarse a la ruta, a la General Paz... o un viajecito a Córdoba... Bueno, ahí tenés nieve.

Me quedé con las ganas del Muñeco de Nieve... que tristeza.

Bueno, hablando del tema... Qué les parece un flashback a mi primer encuentro con la nieve?

Era el verano del año 1999 si no me equivoco. Mi familia y yo habíamos emprendido un viaje al fin del mundo, o al menos su versión argentina en Tierra del Fuego. La llegada a Ushuaia fue tormentosa, literal y metafóricamente: llegamos en medio de una "tormentita", y en el avión super panchos, no teníamos idea de que el aeropuerto estaba al borde del agua. No terminamos como el Titanic de los aviones porque tuvimos suerte. Pero eso es otro tema.

Nos hospedamos en el Hotel del Glaciar. Diosss... lo que es el 1 a 1. Desde el hotel se podía ver toda la ciudad, ya que estaba sobre una especie de loma o pendiente. Y POR SI ESTO NO FUERA POCO, tenía detrás un glaciar, cercado de bosque.

Bueno, mis padres no son "aventureros" pero si quieren dar la pinta. Asique emprendimos la travesía a pie en busca del famoso glaciar.

Su servidora, nada encantada, caminaba refunfuñando. Claro, contaba con 14 años, la tierna edad del pavo y la rebeldía. En pocas palabras: no quería saber nada con pasar tiempo con mi fucking familia.

Atravesamos el bosquecito, siempre en subida. Un arrollito! Que lindo que lindo! Foto aca, foto alla....

Claro... la tarada tenía que meter el pie en un pozo. Adiós tobillo, adiós!

La cuestión es que continuamos viaje igual, entre piedras (el bosque se había terminado) divisamos un amontonamiento de nieve arriba en la loma. 300 metros o más. Mis hermanos salieron corriendo, mis padres atrás para que no se mataran obviamente. Y yo quedé rezagada. Simplemente no podía mover el pie y la pendiente era muy inclinada!

Estuve casi media hora para subir donde estaban ellos. Arrastrandome casi todo el tiempo. Menos mal que no había mas gente por ahí. Pero es que NECESITABA TOCAR LA NIEVE!

Llegué llorando del dolor, sucias las rodillas de arrastrarme.... para qué?

PARA TOCAR ESA ESCARCHA FRÍA QUE SE DERRETÍA EN MI GUANTE!!!!!!!!!!!!!

Uffff... que experiencia asquerosa... que decepción. Menos mal que el año siguiente fuimos a Bariloche y ahí si tuvimos un encuentro cercano con nieve de verdad.

Bueno, con mis anímos descargados, los dejo. (no se a quién la hablo realmente, ya que dudo que alguien esté entrando aquí... pero al menos alivio la soledad)

Peluka

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