Gorrión - Vaca - Gato
Una gélida mañana de invierno un gorrioncito volaba totalmente desolado ya que no encontraba un lugar donde guarecerse. Debido a la temperatura que era extremadamente baja, el gorrioncito no podía dejar de volar porque temía congelarse, pero por otro lado pensaba que no iba a poder continuar volando porque cada vez estaba mas cansado y hambriento.
Al cabo de un corto tiempo, vencido totalmente por el cansancio y la desazón, cayó al suelo sintiéndose demasiado débil para continuar luchando por su vida.
Una vaca que pasaba por ahí, ajena por completo a las peripecias del gorrioncito, detuvo su caminar para efectuar sus necesidades fisiológicas. Con tanta mala suerte que justo se detiene donde estaba el gorrioncito y defeca sobre el mismo.
El gorrioncito para sus adentros piensa:
-“¡¡Nooooo!! ¡¡Qué mala suerte que tengo!! Bastante malo es tener que morir y ahora además ¡¡voy a morir tapado de bosta!!”
Sin embargo a los pocos minutos, comienza a sentirse mejor, descubrió que la bosta calentita le ayudaba a recuperarse, aliviando sus males.
Poco a poco la vida volvía a él.
Casi sin darse cuenta, comenzó a sentirse absolutamente cómodo, recuperando sus fuerzas y vitalidad.
Pensando que tendría una nueva oportunidad, cambió por completo su actitud derrotista. Tanta fue su alegría, al darse cuenta que no moriría, que comenzó a cantar a todo pulmón para que todos supieran de su felicidad.
Un gato que se encontraba cerca, escucha el canto del gorrión y dirigiéndose hasta dónde se encontraba lo toma delicadamente con sus manos y sacándole cuidadosamente toda la bosta que lo cubría procedió a comérselo de un solo bocado.
Moraleja 1: “No todo el que te caga es tu enemigo”
Moraleja 2: “No todo el que te sca la mierda de encima es tu amigo”
Moraleja final: “Si encontrás un lugar donde te sentís calentito y cómodo, aunque sea una mierda: ¡¡¡Callate la boca!!!!”
Peluka
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